lunes, 25 de septiembre de 2006

Americana 6. Jack Spicer.




«Creo que los poemas se transmiten de modo muy semejante a como se transmite un mensaje por radio y el poeta es la radio. No creo que los poemas vengan del interior en absoluto. O al menos los buenos poemas, no. De una radio proviene todo tipo de electricidad estática, de los transistores defectuosos y demás. Pero creo que fundamentalmente un poema viene del Exterior. No tengo idea de dónde, no tengo una noción teológica o de ningún otro tipo. A los marcianos verdes se recurrió antes. Es obvio que no se trata de marcianos. Pero creo que los poemas se transmiten, cuando son buenos poemas, desde el Exterior, y creo que proporcionan mensajes al poeta, a otros poetas. Quizá también a la audiencia, a los no poetas. Pero no estoy seguro de nada, excepto de que sé que, según mi modo de pensar, un poema no es algo que provenga de mí, a menos que se trate de un mal poema, de los que tengo muchos.»

Jack Spicer, “Poetry and Politics”, The House that Jack Built, The Collected Lectures, p. 168.


[la selección y traducción siguiente no pretende representar una "muestra" de la poesía de Spicer, pues los poemas aislados pierden parte importante de su razón de ser al quedar desligados de los libros o "series" de los que se han extraído. La composición "serial" es elemento básico en la poética de Spicer, así como de sus compañeros de generación Robert Duncan y Robin Blaser, aunque de los tres quizá es Spicer quien hace de ella, desde After Lorca (1957), el fundamento de su obra de madurez. Por ello, creo que deberían ser aceptados como simples "cortes" aleatorios de una lectura distraída.]

Improvisaciones sobre una frase de Poe.

"La Indefinición es un elemento de la verdadera música".
Grandioso el acorde de lo que
no se rebaja a definición. La gaviota
solitaria sobre el poste, su cabeza no grazna ni
sobre un pez, ni sobre otra gaviota alguna
o el océano. Tan absoluta su falta de sentido
como un corno francés.
Ni siquiera es una orquesta. Acorde
solitario sobre un poste. El grandioso acorde de lo que
no se rebaja a definición. Ni pez
ni otra gaviota, ni océano -la verdadera
música.

Libro de música (1958)

15
La ciudad redefinida se vuelve iglesia. Movimiento poético. No un mero sistema de creencia sino sus creencias y corazones en convivencia.
Enfadados por sus diferencias -los muertos y los vivos, los fantasmas y los ángeles, la cotorra verde y el perro que me acabo de inventar. Todo lo que usa palabras separadas. Quieren habitar la ciudad.
Pero la ciudad en ese sentido está tan lejos de mí (y de las cosas que hablan a través de mí) como Dante de Florencia.
Más lejos. Pues es una ciudad que no recuerdo.
Pero la ciudad que creamos en la charla del bar o en nuestras broncas mutuas es, en su definitiva mezcla y reflejo especular, una imagen de ciudad. Un regreso del exilio.

"Manual de poesía" en Las autoridades de la ciudad se elevan hasta el éter [1960-1961].


4
Si alguien no lucha conmigo tendré que llevar esta armadura
toda la vida. Parezco el Leñador de Hojalata de los libros de Oz. Irreconocible de tan oxidado.
Sepa usted que soy un caballero. Me inquieta
la manera que tienen las cosas de llegarme por detrás y por delante. Y definitivamente en boca, cabeza y colorada sangre.
Ay, malditas las cosas que quieren mutilarme
esta armadura
Pazguato
vivo en sí
mismo.

"El libro de Parsifal" de El Santo Grial [1962]


1
"El que vende lo que no es suyo
debe pagarlo o ir a prisión",
Jay Gould, Cornelius Vanderbilt, o cualquier otro millonario
americano imaginario

- Tener en poco. El corazón
es poco también
Suena a la una y cuarto suena un segundo o algo así.
Tima a todos.
Soy el rey
de una ciudad gris que los libros de historia llamaron Camelot
La puerta, por mano no humana,
abierta.


2
Cuando a Marilyn Monroe la atacó un frasco de somníferos
como un frasco de avispas asesinas
me punzan, decía que la punzan, fui yo
ya no trabajo más aquí.
La pregunta-respuesta siempre la misma. No puedo recordar cuándo
no fui rey. La espada en la roca es como un cuento
infantil de los que contaba mi madre.
Él le quitó la vida. Y cuando flotaba en la barca o se fue
a un convento o apareció muerta en todos los periódicos fue
por su culpa no por la mía
yo era rey.

5
He olvidado por qué el grial era importante
por qué alguien quiere llegar a él como a una ventana abierta de par
en par. ¿Abierta par en par
qué significa? ¿Qué caballero combatiría a follones y
malandrines para tocarlo?
Puedo recordar mucho sobre el reino. La paz que iba
a establecer. Las notas falsas, las notas falsas, me dijo Merlín, iban a matarme.
Muerto al llegar. Avalon tiene
supermercados -donde los muertos trapichean huesos con los muertos.
Donde los héroes
no piden nada

6
Lo negro queda. Queda incluso después que el rico pescador
haya hecho cuanto puede hacer para proteger hogar y madre. Helo ahí como al sol.
No batallas perdidas o incluso pueblos vencidos
sino lo negro vivo consigo mismo
al lado de nuestros fuegos. En casa con nosotros
y un monstruoso anti-grial que ni uno de estos caballeros pudo haber conocido o inventado
tan real como mañana.
No la amenaza de muerte. Podían haberla conquistado. Ni siquiera la magia mala.
Es un simple hoyo que va de una cosa a otra. No hay reino que salvar.
No hay res-
titución.

De "El libro de la Muerte de Arturo" de El Santo Grial [1960-1961]

6
Parpadeas,
si paso el dedo por la llama de la vela, sé que ahí no hay nada. Pero si aguanto el dedo ahí unos minutos más, se ampolla.
Este es un acto de voluntad y la llama no está realmente ahí como llama, yo escribo mi propia voluntad.
¿O es que la llama deja sombras?
En Hiroshima, he oído, las sombras de las víctimas estaban como fotografiadas en las paredes de cemento.
¿O parpadea? ¿O ambos somos velas y dedos? ¿O ambos nos dirigen al grafema en la pared de cemento al espacio intermedio en que la sombra y la llama son una?

"Grafémica" de El Lenguaje [1964]

3
Los lanzadores obviamente no son humanos. Llevan los fantasmas de gente muerta dentro. Esperas su encendida mirada, que acerquen las manos a la boca, inquietos como marionetas, mientras esperas recibir la pelota.
Les haces señas. Casi siempre las ignoran. Una rápida curva por fuera. Alta, es natural. Y científicamente imposible. Donde el bateador golpea o marra. Tú recibes o no. Habías pedido una pelota rápida por dentro.
Los corredores quedados en base o avanzan o no
En todo caso
los fantasmas de la gente muerta lo encuentran de veras entretenido. El lanzador, en su repentina humanidad mira hacia el foso con agonía o triunfo. Tú, en cualquier caso, tienes un par de manos afortunadas.
La emoción
al ser comunicada
frena
incluso cuando el juego se ha terminado.

"Cuatro poemas para el St. Louis Sporting News" del Libro de Poemas de revista[1966]


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Jack Spicer, nacido en Los Angeles, 1925, muerto en San Francisco en 1965. Un poeta que halló su espacio público en los bares de North Beach (San Francisco), fue más poeta público que la mayoría de sus contemporáneos y amigos. Siempre estaba allí para ser encontrado y para animar, noche tras noche, a los jóvenes poetas a la posibilidad de su poesía. Gran parte de su vida en la poesía entre 1957 y 1965 en San Francisco se produjo en torno a esa creencia y al reconocimiento de las necesidades de la práctica de la poesía -no como una vida superior, sino como implicación comprometida en todo lo que estaba sucediendo. Fue en este sentido, y por la la modalidad crítica y radical de su poesía y pensamiento, el menos alienado de los poetas contemporáneos, atraído siempre por la vivacidad del lenguaje ordinario al igual que lo estaba por el amor y el béisbol. Durante sus años en Berkeley (1945-1955) tuvo el mismo poder de reconocimiento que sus amigos de esos años, Robert Duncan y Robin Blaser, conocieron y practicaron. A menudo dio como su año de nacimiento el de 1945 o 1946 -el momento en que para él empezó la poesía, o al menos un mapa inaugural de ella tuvo su arranque. Durante unas semanas de 1955 hizo el esfuerzo de arraigarse en Nueva York. Al no lograrlo, a causa de lo que él denominaba "the fix" ('la componenda') de esa ciudad, se unió a Robin Blaser en Boston, donde trabajó como editor y funcionario de la Sala de Raros de la Biblioteca Pública de Boston. Incluso en Boston, forasteros como eran él y Blaser, logró hallar y reunir a jóvenes poetas (entre ellos, John Wieners, Steve Jonas y Joe Dunn). Fue durante los meses en Boston cuando empezó a sentir una profunda insatisfacción con la poesía que venía escribiendo. Al regresar a San Francisco a fines de 1956, la insatisfacción era extrema. Revisó sus primeros poemas y después los abandonó, y le regaló a Blaser los manuscritos, a modo de ruptura hacia una etapa nueva, hacia otra cosa, en la que la voz de su poesía fuera algo más que mero deseo e insatisfacción.
Desde la época de creación del "Taller de poesía como Magia" en el San Francisco State College en 1957, cuando comenzó a trabajar en su libro After Lorca, esa insatifacción empezó a desarrollarse en una práctica de la poesía como dictado. Aunque su sentido de la potencialidad de la duplicación dentro de una poesía de dictado -lo "Desconocido" y lo Otro presentes en el lenguaje- no fueron claramente discutidos entre sus compañeros poetas hasta que escribió Heads of the Town up to the Aether (1960-1961), ya desde la composición de After Lorca en 1957 poseía noción clara de que su obra verdadera empezaba allí.
Concibió entonces su obra como proyecto vinculado a una composición en "libros" -poemas seriales, y en este sentido el libro equivaldría a una ejecución y ceremonia de "lo real".

[De la nota biográfica de Robin Blaser a su edición de los Collected Books of Jack Spicer, Black Sparrow Press, Santa Barbara, 1975, págs. 383-384.]
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Improvisations On a Sentence By Poe

"Indefiniteness is an element of the true music."
The grand concord of what
Does not stoop to definition. The seagull
Alone on the pier cawing its head off
Over no fish, no other seagull,
No ocean. As absolutely devoid of meaning
As a French horn.
It is not even an orchestra. Concord
Alone on a pier. The grand concord of what
Does not stoop to definition. No fish
No other seagull, no ocean -the true
Music.

A Book of Music [1958]

15
The city redefined becomes a church. A movement of poetry. Not merely a system of belief but their beliefs and their hearts living together.
They are angry at their differences-the dead and the living, the ghosts and the angels, the green parrot and the dog I have just invented. All things that use separate words. They want to inhabit the city.
But the city in that sense is as far from me (and the things that speak through me) as Dante was from Florence. Farther. For it is a city that I do not remember.
But the city that we create in our bartalk or in our fuss and fury about each other is in an utterly mixed and mirrored way an image of the city. A return from exile.

"A textbook of Poetry" from The Heads of the Town Up to the Aether [1960-1961].

4
If someone doesn't fight me I'll have to wear this armor
All of my life. I look like the Tin Woodsman in the Oz Books. Rusted beyond recognition.
I am, sir, a knight. Puzzled
By the way things go toward me and in back of me. And finally into my mouth and head and red blood
O, damn these things that try to maim me
This armor
Fooled
Alive in its
Self.

"The Book of Percival" from The Holy Grail [1962].

1
"He who sells what isn't his
Must pay it back or go to prison,"
Jay Gould, Cornelius Vanderbilt, or some other imaginary
American millionaire
-Selling short. The heart
Is short too
Beats at one and a quarter beats a second or something like that.
Fools everyone.
I am king
Of a grey city in the history books called Camelot
The door, by no human hand,
Open.

2
Marilyn Monroe being attacked by a bottle of sleeping pills
Like a bottle of angry hornets
Lance me, she said Lance her, I did
I don't work there anymore.
The answer-question always the same. I cannot remember when
I was not a king. The sword in the rock is like a children's
story told by my mother.
He took her life. And when she floated in on the barge or joined
the nunnery or appeared dead in all the newspapers it was
his shame not mine
I was king.

5
I have forgotten why the grail was important
Why somebody wants to reach it like a window you throw
open. Thrown open
What would it mean? What knight would fight the gorms and
cobblies to touch it?
I can remember a lot about the kingdom. The peace I was going
to establish. The wrong notes, the wrong notes, Merlin told me, were going to kill me.
Dead on arrival. Avalon has
Supermarkets-where the dead trade bones with the dead.
Where the heros
Asking nothing

6
The blackness remains. It remains even after the rich fisherman
has done what he can do to protect home and mother. It is there like the sun.
Not lost battles or even defeated people
But blackness alive with itself
At the sides of our fires. At home with us
And a monstrous anti-grail none of those knights could have met or invented
As real as tomorrow.
Not the threat of death. They could have conquered that. Not even bad magic.
It is a simple hole running from one thing to another. No kingdom will be saved.
No rest-
Titution.

"The Bok of the Death of Arthur" from The Holy Grail [1960-1961]

6
You flicker,
If I move my finger through a candleflame, I know that there is nothing there. But if I hold my finger there a few minutes longer,
It blisters.
This is an act of will and the flame is is not really there for the candle, I
Am writing my own will.
Or does the flame cast shadows?
At Hiroshima, I hear, the shadows of the victims were as if photographed into concrete building blocks.
Or does it flicker? Or are we both candles and fingers? Or do they both point us to the grapheme on the concrete wall
The space between it
Where the shadow and the flame are one?

"Graphemics" from Language [1964]

3
Pitchers are obviously not human. They have the ghosts of dead people in them. You wait there while they glower, put their hands to their mouths, fidget like puppets, while you're waiting to catch the ball.
You give them signs. They usually ignore them. A fast outside curve. High, naturally. And scientifically impossible. Where the batter either strikes out or he doesn't. You either catch it or you don't. You had called for an inside fast ball.
The runners on base either advance or they don't
In any case
The ghosts of the dead people find it mighty amusing. The pitcher, in his sudden humaness looks toward the dugout in either agony or triumph. You, in either case, have a pair of hot hands.
Emotion
Being communicated
Stops
Even when the game isn't over.

"Four poems for the St. Louis Sporting News" from Book of Magazine Verse [1966]

viernes, 15 de septiembre de 2006

Colette

Ahora me acuerdo de ella. Desde que el otro día empecé a leer las Memorias de Ultratumba de Chateaubriand en esa nueva edición de Acantilado(1), parece que más cuidada y completa que las anteriores. Ya tenía otra, con grabados, de mediados del XIX, y se me ocurrió compararlas y entonces vi la fecha del libro (esto de fechar la adquisición de los libros es una manía que voy abandonando). Me lo había regalado Colette en octubre del 80.

Conocí a Colette y a Moisha en San Leonardo (Soria) ese mismo verano. No sé qué podían hacer por allí, pero en la cafetería del único hotel del pueblo fue donde empezamos a charlar y me contaron su historia. Ella era vascofrancesa de Lourdes y él judío de origen ruso. Habían llegado a España huyendo de la persecución nazi y, tras cruzar el Pirineo a pie y pasar una temporada confinados en el campo de concentración de Miranda de Ebro, consiguieron instalarse en Madrid. Él era médico.

Después del verano me llegaron las primeras cartas de Colette y, al poco, también los libros (me dijo que ya no tenía apego por ellos; que estaba mal de la vista y le cansaba leer). El Rabelais de Garnier me lo envió encuadernado y después llegaron unas antologías breves de media docena de clásicos "Larousse": Rousseau, Diderot, Nerval, Madame de Lafayette..., las memorias de Mlle. de Montpensier y el único en español: las Memorias de Chateaubriand(2).

En una de sus cartas me hablaba de la enfermedad de su marido. Dejó de escribir y cierto tiempo después llegó la última: Moisha había fallecido y ella pensaba irse a vivir con su hija, ya casada, en Israel. No supe más. La nueva lectura ahora de Chateaubriand me ha recordado todo aquello.

Aunque nunca he sido demasiado galicista en mis aficiones lectoras, le debo a ella cierto empujón, y, sobre todo, le debo a Rabelais.

_____________
(1) François de Chateaubriand, Memorias de Ultratumba, trad. de José Ramón Monreal, 4 vols., Acantilado, Barcelona, 2006.
(2) Francisco R. de Chateaubriand, Memorias de Ultratumba, traducción de Francisco Medinaveytia, Gaspar y Roig, Madrid, 1855.

jueves, 14 de septiembre de 2006

Dragones en la ribera: Louis Zukofsky y Eugenio Montale.

Leo el arranque de las "Barcas en el Marne" de Eugenio Montale y me acuerdo de un par de poemas de Zukofsky. Os los pongo sin más.


21
¿Puede una mota de luz defraudar su propósito
cuando el pensamiento indica que es intensa u oscura?

Mira al sol y piensa sombra.

De nuevo
(1935-1944)


2

No mucho más que ser,
pensamientos de aislado, bello
ser cuando anochece, para esperar
en la ribera:

una vara oscurece
con el girar de la rueda;

hombres trabajan en el malecón
junto a una carreta desvencijada;

Leopardo, de luminosas manchas,
el río en verano-
debajo:                        El Dragón:

"29 poemas" ("55 poemas") 

Barcas en el Marne

Felicidad del corcho abandonado
a la corriente
que alrededor deslíe los puentes reflejados
y el plenilunio pálido en el sol:
barcas fluviales, ágiles en el verano
y un murmullo estancado de ciudad.
Miras a un tiempo prado y remos
si llega con su red el cazador de mariposas,
la hilera de árboles detrás del muro
donde la sangre del drago se repite en el cinabrio.
(...)

De Las Ocasiones (1928-1939)

sangre del drago: resina que se usa para medicamentos y pinturas. Se extrae del tronco del drago, gran árbol de la familia de las liliaceas.
______________________________

21
Can a mote of sunlight defeat its purpose
when thought shows it to be deep or dark?

See sun and think shadow.

Louis Zukofsky, Complete Short Poetry, The Johns Hopkins University Press, Baltimore, 1991, p.88
[Anew, 1935-1944].

2
Not much more than being,
Thought of isolate, beautiful
Being at evening, to expect
at a river-front:

A shaft dims
With a turning wheel;

Men work on a jetty
By a broken wagon;

Leopard, glowing-spotted,
The summer river-
Under:                 The Dragon:

Louis Zukofsky, Complete Short Poetry, ed. cit., p.22 [55 poems, 1923-1935]


Barche sulla Marna

Felicitá del sùghero abbandonato
alla corrente
che stempra attorno i ponti rovesciati
e il plenilunio pallido nel sole:
barche sul fiume, agili nell'estate
e un murmure stagnante di cittá.
Segui coi remi il prato se il cacciatore
di farfalle vi giunge con la sua rete,
l'alberaia sul muro dove il sangue
del drago si ripete nel cinabro.
(...)


Eugenio Montale, Poesía Completa, edición bilingüe de Fabio Morábito, Galaxia Gutenberg, Círculo de Lectores, Barcelona, 2006, p. 265, y nota en p. 1040.

Contrastes


Breve escena de Vértigo de Hitchcock. Sueño modélico.

Sigo a la chica misteriosa ( ese rayo de luna que aparece como Madeleine y después es Judy) que se mete por un callejón. El callejón cualquiera. Sale del coche y abre la puerta de un trastero desportillado con abundante mugre y cachivaches rotosos (¿Qué podría pasar? ¿Un encuentro en la tercera fase propio de los "trasteros descuajeringados"? Algo muy malo, como por ejemplo, cualquiera de entre todas las posibilidades de lo gótico y lo espeluznante).

Imaginemos que se la esté beneficiando algún gorila de las milyunanoches o del tipo King Kong, con el que se cita ahí; o, si no, oculta en ese antro las sesiones vergonzantes de algún vicio, se inyecta toda clase de drogas amparada por la tenebrosa oscuridad, o quizá, más bien, y rompiendo con las reglas de la verosimilitud, se transforma en un ser monstruoso, una Lilith de patas de pollo, que de seguro devorará a su demasiado curioso perseguidor, y así todo el completo etcétera interminable en la larga serie de los horrores que suelen aparecer vinculados al descuido, la molicie y la tendencia urbana a la dispendiosa acumulación de mobiliario inútil y toda esa clase de basuras de los trasteros con salida al callejón).

Y sólo son unas décimas de segundo...

Pero ya no la vemos.

Resulta que... el trastero tiene una puerta y esa puerta, si la abres, se limita a presentarnos una deliciosa panorámica de la floristería más lujosa y resplandeciente del barrio. Las flores hacen brillar sus colores en el tecnicolor más rutilante (en la versión reconstruida aún más) como si fuesen joyas. Así que: gran espasmo de sorpresa y reduplicación consiguiente, por contraste, del colorido y su chorreante luz cromatizada tras de pasar por aquel infierno potroso (el cielo se saborea mejor después de que uno se haya chamuscado convenientemente los bigotes en la rugiente caldera). Ahora divisamos a la chica.

La chica misteriosa tan solo es discreta(1) y lo que buscaba no era nada más que...un sencillo ramillete de flores redondo como una pequeña tarta cursi.

Pero para llegar hasta allí, para salir a la luz después de pasar por el túnel, hemos hecho un viaje en el trenecito de la bruja y sufrido la serie integral de los mamporros emocionales del trastero de los cachivaches.

Sigamos viaje.
__________
(1) Las razones tácticas o "literarias" que la lleven a adoptar ese bucle manierista de la entrada por el callejón vía trastero, en vez de optar por la entrada principal con su escaparate (que veremos más tarde, y donde se expone prominente el ramillete-tarta) las dejamos a un lado como ajenas al caso o pertenencientes a otra historia, la de la película, en la que no entramos.

domingo, 3 de septiembre de 2006

Letargo



Desde que he vuelto de mis particulares "fiestas" bilbaínas, no sé por qué se me hace tan cuesta arriba esto de poner ocurrencias en el cuaderno público. Se me resisten o yo me resisto o he perdido fuelle o no me da la gana o tengo a la gana abandonada y tirada por los suelos. Pero no me apetece salir por aquí con nada. Más de una vez lo he pensado: ¿por qué se establece esta especie de obligación de poner todos los días alguna tontería o comentario? No sé. Nadie te obliga, pero el hecho mismo de haber abierto un hueco parece estar pidiendo su relleno; si no, ¿por qué lo abres? Bien, no sé. No sé por qué ahora no le encuentro gracia al asunto ni me sale nada. Hay ratos en que estás de humor y en otros el humor como su primo el humo se han esfumado.

Menos mal que dentro de poco empezará el curso y deberemos espabilar y sacudirnos el letargo. Pues es eso, el letargo (ese estado que tiene tan mala prensa) lo que se ha adueñado de un servidor estos días. Y no me abandona y yo mismo no estoy demasiado dispuesto a que me abandone. ¿Por qué? Pues no lo sé tampoco muy bien.

Durante los días de Bilbao me entretuve leyendo el Duchamp de Calvin Tomkins en Anagrama (1) y se me ocurre atribuirle al arte biográfico de Tomkins la capacidad de hacer interesante al lector (a mí, en este caso) la activísima desgana del personaje Duchamp y casi el poder de sugestionarme hacia ese estado en el que estoy ahora ante vosotros, sin fuelle ni ganas. Hablaba el otro día con alguien de casos de activismo meritorio ("sí, pero es muy trabajador"). La interpretación que yo le daba a ese concreto "beri-beri" era más bien negativa ("pure perte") y eso que soy un admirador incondicional del activismo en abstracto (léase a Baroja). Y entonces, al volver y releer el blog, me decía: "¿Para qué moverse tanto, publicar, sacar cosas en un blog o en siete, para qué, para quién, qué más da, qué da, quién da cuando da algo, alguien da algo y qué algo le da a ese al que le da algo? ¿Merece ese algo que le da alguien la pena? ¿Para qué? Todo es relativo. Esto mismo que digo ahora y que es un mal ejemplo pues casi predica la inactividad como preferible (¡Duchamp lo aconseja con su vida honesta y divertida!).

Da la impresión, tras leer la biografía, de que sabía pasárselo muy bien con los demás (era magnífico divirtiendo a sus amigos y amigas), pero, sobre todo, se lo pasaba magníficamente solo, absolutamente solo, consigo mismo. Eso resulta admirable. Para mi gusto, dejando aparte diferencias estéticas acerca de este inventor del "juguete" artístico moderno, lo que más me admira en él es esa capacidad de pasárselo bien solo (delante de un tablero de ajedrez o sentado sencillamente en una silla y pensando o mirando a la pared). No le hacía falta nadie. Ni tan siquiera parece que le haga falta el propio arte (en el que no cree), la proyección de sí mismo en otra cosa, en objetos, en escrituras, en pinturas, en algos. No. O tan solo cuando al hacerlo se divertía, cuando surgía la ocasión y era ésta la que mandaba, en el tráfico humano del azar y los encuentros.

Es admirable ese "solismo" de Duchamp porque es difícil, muy difícil, pasarlo bien solo, con uno mismo. Solo y sin hacer nada. Sin echar mano de nada, de nada en absoluto, y así pasar horas y días y meses. Mano sobre mano. Ni ordenador, ni libro, ni tele, ni el folio de papel para borrajear unos garabatos como estos. Nada de nada. La silla. Una silla en un cuarto neoyorquino de una de esas casas de las películas con sus ladrillos feos y la escalera exterior de hierro oxidado. Una habitación escuálida y polvorienta con una sola silla después de un viaje a Nueva York desde París para, de inmediato, meterse precisamente en ese cuarto, sentarse en la silla y quedarse quieto horas, días, meses...(bueno, supongo que bajaría a comer y a jugar al ajedrez algún rato).

Ahora me acuerdo (no sé por qué) de la calle extraña y convocadora de Valladolid que mencioné en algún sitio y su poder de atracción absurdo. Al leer en la biografía de Duchamp el relato de algunos de sus viajes repentinos (el de Múnich en 1912, en el que se origina el proyecto del "Gran Vidrio" y las "escapadas" a Nueva York cuando se hartaba demasiado del ambiente parisino) no sé por qué me acuerdo de mi calle magnética (¡ir al sitio más desangelado posible y sin razón ninguna y, una vez allí, sentarse en alguna silla desvencijada y mirar los dibujos de la pared...! y, esto es lo difícil, precisamente entonces, pasarlo fantásticamente bien). ¡Quién pudiera!
Así, estos días "duchampianos".
Voy a mirar un rato a la pared, a ver qué pasa.

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(1) Calvin Tomkins, Duchamp, traducción de Mónica Martín Berdagué, Barcelona, Anagrama, Compactos, 2006.