miércoles, 11 de marzo de 2009

Barbara Guest, Dirección

Barbara Guest, de soltera Barbara Ann Pinson, nacida en Wilmington, North Carolina, 1920. Infancia en Florida, California (Los Angeles), estudios en Berkeley. Tras un primer matrimonio, se traslada a Nueva York donde se vincula al ambiente artístico y literario del expresionismo abstracto y la escuela poética neoyorquina de los 50 desde una posición personal e independiente. Se casa de nuevo con el británico Haden Guest y, tras nuevo divorcio, con el historiador Trumbull Higgins. Crítica de arte, es autora de una novela, Seeking Air (1978), tres piezas dramáticas, un importante estudio biográfico de la poeta H. D. (Herself Defined: The Poet H.D. and her world, 1984), ensayos sobre arte (Dürer in the window, 2003), poesía (Forces of Imagination, 2003) y una obra poética que se inicia en 1960 con The Location of Things, The Blue Stairs (1968), Moscow Mansions (1973)..., tiene en The Türler Losses (1979) o Fair Realism (1989) libros centrales de madurez, y culmina con libros finales como If So, Tell Me (1999), The Confetti Trees(1999), Miniatures and other poems(2002) y The Red Gaze(2005). En 1994 se traslada con su hija Hadley a Berkeley donde vive sus últimos años y empieza lentamente a recibir reconocimiento a su obra. Fallece en Berkeley en febrero de 2006.

Dirección

Abandonemos nuestros viajes
y tan fácil sea pasear por aquí como
lo foráneo de estas hojas
los silencios intraducibles, los ecos
de una torre, arduos vientos,
también aquí gobiernan nuestras barcas.

Amiga de la hora estática
llevo tu mano hasta las esquinas.

¿Acaso con nuestra maña no perdimos
elementos importantes
del equipaje al actuar en hoteles
solitarios? Las costas son crueles
en invierno la arena un erial
llanto para mi lengua la arena es como
mi corazón que enterré dentro
ahora hay una postura que ahí queda
para que la reconozcas. Tan solo tengo
dos corazones, y a éste, al huérfano,
lo necesito aquí en casa que es
la Escandinavia de todas las Rusias.

La luz no está ociosa, está llena de raudos
cambios que podemos llamar viajes
si queremos, mientras se traslada de una habitación a otra.
Qué representativo de nosotros es este tiempo que hace,
tan amable que ha cruzado las aguas
para alcanzarnos, su tocar cierto lado
de la piel cuando abrimos la ventana.

Nuestros ojos visionan monumentos
constantemente, la hosca escultura
de la fachada es también un viaje
al centro donde la roca no está labrada.
La escalada prueba nuestra resistencia, nuestros moratones
son tantas ciudades, la sangre que derramamos
es nuestra, así que sostengo que no podemos pertenecer
a ninguna otra parte, aquí está el contador
de nuestras heridas y nuestras delicadezas.

En nuestro propio suelo que es una excavación
desolada como el lugar cuyo nombre
nunca habremos de pronunciar.

___________
Direction

Let us give up our trips
to pace to and fro here as easily
the foreignness of these leaves
the untranslatable silences, the echoes
of a tower, difficult winds,
as well here sail our barges.

Friend of the static hour
I take your hand across the borders.

Haven’t we with our skills
lost important elements
of our luggage performing in lonely
hotels? The seacoasts are cruel
in winter the sand is a waste
cry to my tongue the sand it is like
my heart which I have buried in it
now there is a posture lying there
you can recognize it. I have only
two hearts, I need this orphaned
one here at home which is
the Scandinavia of all Russias.

The light is not idle, it is full of rapid
changes we can call voyages
if we like, moving from room to room.
How representative of us this thoughtful
weather that has traveled the water
to reach us, the touch of a certain side
of the skin when we open the window.

Our eyes are viewing monuments
constantly, the angry sculpture
of the façade it is also a journey
to the center where the rock is uncut.
Climbing it tests our strength, our bruises
are so many cities, the blood we shed
is ours, so I say we can belong
nowhere else, here is the counter
of our wounds and our delicacies.

On our own soil that is an excavation
desolate as the place whose name
we must never pronounce.


The Blue Stairs (1968) en BG., The Collected Poems of Barbara Guest, Wesleyan University Press, 2008, pp. 75-76.
___________________
N.B.
Después de recibir el bonito volumen de la Wesleyan, durante una temporada me sentí como ante un objeto sagrado de los sacerdotes egipcios perfectamente hermético. No veía por dónde hincarle el diente y seguramente sigo así en mi relación con una gran parte de su precioso (intuyo) contenido. Entonces apareció Directions y me dio por pensar que quizá sintonizaba con alguna de mis particulares tabarras internas de la que viniera a ser ¿un eco o una respuesta? Todavía no lo sé. En fin, la copio a manera de testimonio:

Márgenes¿Cómo poder entrar, cuando la inteligencia (la meritoria consecutividad de la serie de las claves engarzada sin falla en un collar de difíciles abalorios) no alcanza ni tan siquiera una micra más allá de la meta que marcan las satisfacciones ya programadas en el hábil ejercicio cumplido y certificable? ¿Qué me añado?, ¿qué gano?, ¿qué es aquello de lo que me apropio? E igual que de la almena a la que apenas don Rodrigo puede llamar suya, quiero saber si es que hay algo más, si, una vez dueño de lo averiguado y de lo vencido, puedo alcanzar lo que me interesa. ¿No es poco lo que tengo o debo declararme contento? ¿Hay más? ¿Adónde ir entonces?, ¿y después? ¿Será lo que de verdad importe? ¿O es que lo que hay, como cuando se dice que "no hay más que lo que hay", si es que hay algo allí, ese algo de más es un algo sobrante y gratuito y, sobre todo, si habiendo algo más, es también ese algo un algo de muy otro cariz que el de aquello que me sirvió para atraparlo, y más que medio es un fin, es algún fin digno de ser alcanzado por sí mismo..? ¿Es un gozo verdadero?, ¿es placer? Puedo regodearme interiomente en la hazaña, pero eso mismo ya no es suficiente cuando lo que deseo es el placer único, el verdadero, y haber entendido me deja ya tan solo a la puerta. ¿Está abierta? Pedir al menos ese margen, ese resquicio, el mínimo posible que abra un hueco para acoger lo inesperado. ¿Ya se abre?

2 comentarios:

  1. A mí me ha recordado a John Ashbery. No estaba seguro de por qué. Tal vez por esas metáforas secas, ásperas, abiertas al surrealismo.

    ResponderEliminar
  2. Eso se dijo. Se la consideró a la cola de O'Hara y Ashbery, por el lenguaje común, afinidades similares...El surrealismo de los neoyorquinos está muy filtrado, en general. En ella, sin embargo, parece haber una cierta vieja llama de búsqueda, de indagación...y un surrealismo más genuino, personal y serio. La verdad es que cuesta entrar en su lenguaje (al menos a mí). "The Blue Stairs" es de 1968, de la 1ª época, y, por eso, quizá aún cercano a la "escuela": faltan "Fair Realism" y los libros de los 80-90. Pero sólo estoy empezando a leerla.

    ResponderEliminar

Cariñosas las observaciones