Es una bolita ovoide con lucecillas azules como las de mi controlador de la persiana o un mando de la tele. También se parece a un pequeño Huevo de Pascua. Se ve, en el anuncio de la tele, el parpadear azul de los leds. Rayitos dorados que parten de su centro lo decoran y hablan metafóricamente de su función. Una voz en off se deja oír y anuncia que otra voz salida de la bolita se dejará oír para la paz y edificación del orante. Se ve, a modo de ejemplo, a unos cuantos orantes que sostienen el aparato y hacen parpadear los leds azules. Es un modelo de rosario electrónico con la voz incorporada de la Autoridad Suprema.
Como se puede comprobar, o mis impresiones no eran exactas o el modelo de internet (28€) no es idéntico al del anuncio de la teletienda (59,95€). Los rayos del aparato de la tele surgían desde el centro de la pieza y se elevaban hacia arriba; eran además de un nítido color dorado. La memoria probablemente me engaña.
ResponderEliminarXLII
ResponderEliminarLa presencia del Espíritu Santo
se percibe con toda nitidez
en la mirada de un niño inocente
en un capullo que está por abrir
en un pájaro que se balancea sobre una rama
dificulto que alguien pueda poner en duda
la presencia del Espíritu Santo
en un pan recién sacado del horno
en un vaso de agua cristalina
en una ola que se estrella contra una roca
¡ciego de nacimiento tendría que ser!
hasta un ateo tiembla de emoción
ante una sementera que se inclina
bajo el peso de las espigas maduras
ante un bello caballo de carrera
ante un volkswagen último modelo
lo difícil es saber detectarlo
donde parecería que no está
en los lugares menos prestigiosos
en las actividades inferiores
en los momentos más desesperados
ahí falla el común de los mortales
quién podría decir que lo percibe
en los achaques de la ancianidad
en los afeites de las prostitutas
en las pupilas de los moribundos?
y sin embargo también está ahí
pues lo permea todo como el sodio
¡que lo digan los Padres de la Iglesia!
Arrodillémonos una vez más
en homenaje al Espíritu Santo
sin cuyo visto bueno nada nace ni crece
como tampoco muere en este mundo.
Nicanor Parra, Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui [1979], en Obras Completas & algo + (1975-2006), Galaxia Gutenberg,Círculo de Lectores, Barcelona, 2011, págs. 49-50.