(Si se pica con el ratón en el cartel se puede visualizar más fácilmente la información que aplicándole una lupa a la pantalla. Me ha costado algo —dada mi inutilidad en estos menesteres— el resultado que se aprecia ahí arriba: he usado 3 navegadores diferentes y 5 copias de la imagen; pero al final...ahí está).
Algo que no se explica, que está en el baile de las manos, de los brazos, en el exacto vaivén de cada miembro, en la alegría que barniza brazos y ojos y arde en los mismos cabellos, algo que no se ve, que tiene la perentoriedad de lo imposiblemente exacto y lo queremos atraer y no podemos, porque no se ve, no está, y lo atrae un ritmo de momentos sobrevenidos (ni previstos ni pensados, sólo sidos ahora, cuando es ahora y tiembla ilusoriamente el tiempo, pero tiembla y vive) en este tiempo del momento que tan solo es, que quiere seguir siendo y no puede prolongarse, alargar su marejada, y no alcanza más allá de una ilusión viva y vibrante y arrancada a la miseria de lo que tenemos; pero que es lo único que nos salva: ese aliento repartido entre las bocas que lo exhalan, que se lo piden entre ellas para seguir estando en este mundo.
Salías de la noche y había flores en tus manos. Saldrás ahora de entre las gentes, de un torbellino de cháchara a tu costa.
Yo, que te he visto entre los elementos, me disgusté cuando usaron tu nombre en ambientes vulgares. Olas frescas me bañaran la mente, y se arrugara el mundo como una hoja, o como a la simiente de vilano que arrebata el viento para poderte así encontrar de nuevo sola.
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FRANCESCA
You came in out of the night
And there were flowers in your hands,
Now you will come out of a confusion of people,
Out of a turmoil of speech about you.
I who have seen you amid the primal things
Was angry when they spoke your name
In ordinary places.
I would that the cool waves might flow over my mind,
And that the world should dry as a dead leaf,
Or as a dandelion seed-pod and be swept away,
So that I might find you again,
Alone.
Ezra Pound, Exultations (1909). En EP, Poems & Translations, edited by Richard Sieburth, The Library of America, Nueva York, 2003, pág. 117.
Llegó a la tribuna arrastrando una gran maleta (podía alcanzar altas cotas de incoherencia); de la maleta sacaba otra breve maleta; de la breve maleta sacaba una carpeta; de la carpeta extraía unas hojas sueltas (podía alcanzar altas cotas de incoherencia) y ya se disponía a hablar sin consultar una letra (podía alcanzar altas cotas de incoherencia).