
Un pájaro suspendido, casi quieto, sobre algún árbol escuálido en cualquier carretera perdida.
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Don Pedro Romero es el autor de esa fotografía del apeadero de Cabrejas. Fue realizada el año 2003 como se indica en la web soriana de donde, agradecido, la tomo.
El lector alerta ya habrá detectado la contradicción: digo sentir la emoción del apeadero abandonado desde el tren y enseño una foto del de Cabrejas y le hago objeto reciente de la tal experiencia. "¡Mentira!" se dirá el lector avisado, y con razón, pues la línea Burgos-Calatayud, con parada en Cabrejas y San Leonardo, entre otras localidades, hace ya mucho tiempo que dejó de dar servicio (antes incluso de que se ofreciera como marco incomparable para la mencionada escena de la cinta de David Lean). Luego, si la contemplé hace poco sería desde un automóvil, en figura de paquete, y mientras se me trasladaba a la aldea cercana de Herreros, en una de cuyas casas rurales pasé la nochebuena última.
Hace tiempo que tengo tu enlace en los favoritos de blogs, tomado del de una señora mayor que no sé que hacía en la pérfida albión.
ResponderEliminarSi la ves en alguna ocasión dale un saludo desde el vórtice.
Yo también siento envidia de aquellos que conducen, el año pasado traté de sacar el carnét de conducir y creo que suspendí cuatro veces, a ver si lo intento de nuevo, pero hace poco descubrí el placer de andar, y llegar a todos esos rincones y estaciones abandonados por el tiempo y sentarte un ratito en ellos. Claro, pero uno se acerca en coche, que cosas, el tiempo no nos abandona, en fin.
Un saludo.