lunes, 17 de agosto de 2009

Lee Harwood


















Nacido en Leicester en 1939. Vive en Surrey sus primeros años y estudia en el Queen Mary College de Londres. Además de la vocación poética ha ejercido variados oficios, desde cartero a ferroviario. A partir los 70 se instala en la pequeña ciudad costera de Brighton, aunque ha viajado frecuentemente, sobre todo a Estados Unidos, por cuya poesía y poetas (Ezra Pound, Olson, escuela de Nueva York, etc.) siente marcada inclinación desde el primer momento: durante una juvenil estancia en París a principios de los 60 conoce al neoyorquino John Ashbery con quien vive la relación amorosa que se reflejará en sus primeros libros: la plaquette The Man with the Blue Eyes, publicada en Nueva York en 1966 y el libro The White Room, de edición británica (1968) que la incluye. El amor, tanto el homosexual como el heterosexual, así como la naturaleza (el mar, la campiña inglesa, la montaña) constituyen presencias básicas en las muy diversas fases de su obra.
Poeta de formación ecléctica dentro del experimentalismo, contrasta desde un principio con el estilo convencional del ambiente poético inglés de los 50-60; une influencias de las vanguardias parisinas, del dadaísmo (es traductor de al menos cuatro antologías de Tristan Tzara), y de un cierto surrealismo junto con el «modernism» anglonorteamericano y, en concreto, el Pound «chino» de Cathay y los Cantos, además de  la poesía norteamericana posterior.
Gran parte de su obra, hasta fechas recientes, se publicó en pequeñas editoras de poesía experimental y «underground».

Además de los libros ya citados, es autor de Lanscapes, (1969), The Sinking Colony(1970), Freighters (1975), H.M.S. Little Fox (1975), Boston-Brighton(1977), All the wrong notes (1981), Faded Ribbons (1982), Monster Masks (1985), Rope Boy to the Rescue (1988), In the Mists: mountain poems (1993), Morning Light (1998), Evening Star (2004). La publicación de sus Collected Poems (2004) ha facilitado el acceso a una obra en gran parte desconocida.



R


En la cartilla desplegable
el conejo cartero se apresura
con su uniforme azul desvaído, la gorra puesta,
la saca al hombro, una carta en la pezuña.

¿Una carta en la pezuña? ¿Para quién?
¿Y dónde está de todos modos? El escenario
es vago, si es que no inexistente.
Remoto como esos paisajes
vistos en los viejos sellos de correo.
Islas violeta, robles ocres.

¿La carta es para mí? pero
soy demasiado joven para leerla, así
que nunca sabré si es para mí
si es que contiene saludos o
una declaración de amor o
el anuncio de un incomprensible desastre.


De Take a Card, Any Card: An Ikonostasis (2003-2004) en Collected Poems, Shearsman, Exeter, 2004, p. 516




La vieja pregunta
Para Ben Watkins



La quietud,
¿es de lo que se trata?
¿El brillo de luz en un vaso
sobre una mesa redonda de madera?
El sol que desemboca desde la ventana
en algunos papeles, en una mano que se mueve,
en la rodilla de un hombre.
Ese momento, parece que está quieto,
pequeño cielo,
pero fuera, tan seguros como el viento
que arrastra un árbol, la gente anda por la calle
a diferentes lugares.
¿Y qué tiene que ver con esto?
¿Cogerlo mientras esté ahí, pero...?
"Trasladarse en el tiempo" una frase irreal,
pero lo potencia.
Es dar palos de ciego, sí,
llevarse al pecho esos minutos preciosos
como iconos.
Algo así como ....¿qué?
¿Algo que negocie o navegue o
ponga quilla a un rumbo claro
por entre los días?
No sé. Me levanto
y atravieso el cuarto,
me vuelvo y

De Morning Light(1998), en Collected poems, p. 418
______________


R


In the pop-up alphabet book
the rabbit postman strides on
in a faded blue uniform, cap on his head,
bag over his shoulder, a letter in his paw.

A letter in his paw... ? For who?
And where is he anyway? The setting
is vague, if not non-existent.
Remote as those landscapes
seen on old postage stamps.
Violet islands, ochre oak trees.

Is the letter for me? but
I'm too young to read it, so
will never know if it's for me,
whether it contains greetings or
a declaration of love or
the announcement of incomprehensible disaster.


**


The old question
for Ben Watkins



The stillness,
is that what it's about?
The glint of light in a glass
set on a round wood table?
Sun streaming in from the window
onto some papers, a moving hand,
a man's knee.
That moment, stood still it seems,
a small heaven,
but outside as surely the wind
tugs at a tree, people walk by in the street
going various places.
What to do with this?
Take it while it's there, but... ?
"Moving through time" an unreal phrase,
but with an edge to it.
Stumbling often enough,
clasping such precious minutes
like icons to our breasts.
Somehow to... What?
Somehow to negotiate or navigate or
just steer clear headed
through the days?
I don 't know. I get up
and walk across the room,
turn and


De Lee Harwood, Collected poems, Shearsman Press, Exeter, 2004, pp. 418 y 516

7 comentarios:

  1. ¿Cómo sigues con Cavell? Mira que el de Claims of Reason es un tocharro...

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  2. Pues trato de hincarle el diente al tocharro ese y de disfrutarlo tal como hice con los comentarios del otro traducido, el de "lo ordinario". No desentona nada del modo de pensar "americano" que a mí más me interesa en los poetas USA que he ido rastreando entre alguna gente -y falta mucha más- de la que quisiera dar noticia, además de la presentada por aquí.

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  3. Hola, Javier.

    Cuando leí por primera vez En busca de lo ordinario, coincidió que estaba hojeando la archiconocida Rayuela de Cortázar (libro que jamás terminaré de leer). Para mí con los tres primeros capítulos voy servida.
    Me explico: no estoy hecha para libros cuyo volumen supere en exceso las 300 páginas (con Reivindicaciones de la Razón quizá haría una excepción). Pero me temo que la lectura de ese libro tendrá que esperar; con él me pasa como lo que describe Lee Hearwood en su poema R, creo que aún no es el momento -y tampoco tengo tiempo para ello-.

    Lo de traer a colación a Rayela viene... Porque al simultanear ambas lecturas me di cuenta de que la tesis de Cavell estaba representada en la relación de la Maga y...(no recuerdo el nombre del protagonista). Lo que dice la Maga en el capítulo III, para mí fue una buena ejemplificación de la respuesta que Cavell da al tipo de escepticismo del que tanto abomina (o sea, Oliveira -así se llamaba el protagonista-).

    Al final del capítulo III, capítulo que, para mí, a modo de sugerencia, podría poner punto y final a la novela, se puede leer lo siguiente:

    "Feliz de ella que podía creer sin ver, que formaba cuerpo con la duración, el continuo de la vida. Feliz de ella que estaba dentro de la pieza (apartamento), que tenía derecho de ciudad en todo lo que tocaba y convivía, pez río abajo, hoja en el árbol, nube en el cielo, imagen en el poema. Pez, hoja, nube, imagen..."

    A continuación, te pongo otra cita en relación con la anterior. Es un trocito de un poema de Emerson que aparece en En busca de lo Ordinario, página 33:

    "Yo soy Dios en la naturaleza; yo soy maleza en el muro..."

    Sacar estas relaciones me llevó a preguntarme, supongo que "instigada" por la filosofía de Cavell, si realmente leía cuando leía. La conclusión a la que llegué era que relacionaba más que comprendía. Si bien es cierto que me ayudó a comprender que tal vez no era tan nocivo representarse otra cosa con lo que una/o lee, y luego aplicar: contexto, historia, y, finalmente, análisis. Y bien, por ese proceso de auto-ayuda le estoy muy agradecida a Cavell.


    Pd: que nadie se molesté por lo que he dicho de Rayuela; me gusta Cortázar, pero prefiero algunos de sus cuentos, como El perseguidor o la Isla del Mediodía. Tal vez sea por ese problema que tengo con los libros gruesos...No sé...

    Sigue con los estadounidenses: todo lo malo que tiene su política exterior, lo tiene de buena su poesía.

    Un saludo.

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  4. Javitxu.
    Por ansiosa me dio por ponerle el Snow gold (una cosa para beta testeros) al ordenas y me iba de maravilla. De despeinar, pipudo, pero resulta que la aplicasao que uso para las webes no me rula, así que he tenido que instalar el backup, y tendré que esperar un tiempo hasta que la actualicen.
    Total, que ni me he conectado.
    Que genial el quedamiento. Y que menos mal que no quedamos el sabado, porque me fui a Orduña y me quedé instalándole cosas al JI, así que finalmente todo cuadró sin cuadrar nada.
    Beso enorme, en cuanto instale mailes y demás (me quiero pelar algunas cuentas y por eso no lo lanzo)te maileo.
    Moi!

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  5. Carmen:
    A mí me gusta Cortázar en su integridad, todo él, y acepto hasta lo que de malo pueda haber escrito (que lo habrá). Es un asunto de sintonía, de los que ni se discuten (parecido al caso de Gómez de la Serna o de Pound, claro).
    Me atrae en Cavell ese espíritu indagatorio en los comentarios de texto de En busca de lo ordinario. A ver si The Claim of Reason, que acabo de empezar, resulta ser el manadero que supongo que es. Mala cosa lo de las grandes expectativas, pero espero que no me falle...
    Saludos
    **
    Miranda:
    El quedamiento estuvo más que bien, pero fue tan corto...Queda pendiente lo de Orduña para otra ocasión más desahogada.
    Un abrazo grande
    Javi

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  6. Totalmente de acuerdo con lo que dices acerca de la sintonía. Sólo una cosa, si le pedía brevedad a Cortázar en Rayuela era porque últimamente estoy en plan pastilla de starlux: menor cantidad de palabras para mayor significado. Veremos lo que me dura tal planteamiento.

    Cierro temporalmente mi chiringuito bloguero y las visitas a los blogs de los demás.

    Un abrazo.

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  7. Carmen, por aquí siempre eres bienvenida.
    Un abrazo

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Cariñosas las observaciones