martes, 1 de enero de 2008

Carpiendo un año nuevo (tópico)


Hay una cierta dificultad cuando toca convertirse en un eficaz productor de instantáneas representativas de lo vital y "autónomo" (tarjetas de visita) que nos identifiquen, nos fijen por un rato al menos. La de esa misma producción. Daría la impresión de que lo maquinista, cuando surge como estética de la modernidad, o de alguna modernidad (y no solo en el obvio "futurismo" y sus contaminaciones) aparece ya con su triple faceta: la productiva, la instantánea, la vital. Manda, frente a lo que pudiera parecer, la primera, y porque manda ella, las otras dos obedecen; y así la idea de lo instantáneo como cumplimiento de algún tipo de intensidades, de ápices vividos, se falsifica al automatizarse hacia el más apropiado cumplimiento de la serie de los actos contables.

Las rosas de la virgen tenían su solera, pero es que antes hablaban de ciertos goces únicos y también de los que se desgastan y no vuelven; mientras que ahora nos prometen premio si alcanzamos la ventanilla feliz. Y eso de lo vital se nos devuelve como bonito abanico de automatismos, una eficacia de engranajes que parece agraciar a los admirablemente realizados: móvil, vivaz, cataléptico, eléctrico, bello hoy ("¿No te han enviado el memo?" oigo, despistado en un zapping de la tele, que le dice el oficinista de la brasa en los ojos, el "angustiado carne de cañón", al ya deglutido de las gafas de culo de vaso que se pelea por la grapadora).

-Sí, ya hace tiempo que me lo enviaron. Mira, aquí lo tengo, bajo la mesa, tapado con una manta para que no se me enfríe.
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Pongo la foto de la Polaire porque, aunque no lo parezca, esta nota surge de un frustrado arranque de entrada sobre Ramón como "vivaz maquinista", algo sobre el entorno estético-erótico de su prosa Revelación (1909), etc., ya mencionada.
...Y feliz año a los sufridos lectores.

6 comentarios:

  1. Un abrazo y un brindis:

    Feliz 2008, sufrido escritor.

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  2. Gracias, amigo. Lo mismo te deseo.
    Y un abrazo bien fuerte.

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  3. Me dice Harry Sonfor que habías escrito algo sobre la Polaire. Yo sé bien poco de ella y no habia visto su rostro, bien bonito. Sólo tengo una breve cita del joven Ramón en relación a su amigo Bartolozzi y la portada de La bailarina. Está en el Boletín Ramón en mi artículo: http://www.ramongomezdelaserna.net/BR11-PDF.pdf.
    Saludos y enhorabuena por el blog y el buen gusto

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  4. Hola, David. Si te digo que "casi, casi" te estaba esperando no creas que es simple cortesía. He visitado varias veces tu delicioso blog (a través del de Harry), pero ya antes había leído tu tesis en pdf, a principios de este verano, a la vez que andaba leyendo "Tapices" y "Revelación" y lo demás), es decir, ese particularmente curioso arranque de cierta modalidad "visionaria" o de cierta visualidad estética vanguardista de Ramón, y por la fecha de cualquier vanguardismo español. Me resultaba curiosa la anécdota (la contemplación nocturna del espéctaculo de pantomima en el teatro callejero de París y de Colette-Willy y la Polaire y su danza como punto de partida)porque tiene similitudes con otras "visiones" o "cuelgues"(diríamos ahora, ¿verdad, Harry?) también natalicios de vanguardia y casi contemporáneos (la visión que Ezra Pound obtiene en el metro de la Concorde de París, si no ese mismo año 1909 en el 1910, de un rostros femeninos y el arranque del "imaginismo"). En algún sitio leí el dato de cierta frustrada pretensión galante hacia Colette, de la que publicó en "Prometeo" versiones, etc. En el "retrato" sencillamente copia lo de "Tapices", pero en sus memorias de "Automoribundia" no dice ni palabra de aquella noche.
    No convence la interpretación de Zlotescu insistiendo en el prerrafaelismo (que sí, está presente en Ramón, pero me parece anecdótico), Mainer habla de "teatralidad" y cierto vago "quietismo" y "fetichismo" y creo que tu tesis insistía en el "feísmo" desgarrado (o sea, expresionismo) como vinculación con Bartolozzi, que era tu tema.

    He acumulado las fotos de ambas que he podido encontrar. Parece que falta algo, no sé, ninguna de las interpretaciones por si sola da cuenta de "todo". Pero es un arranque si no de la estética de Ramón, de ciertos elementos claves de ella.
    Me gustaría encontrar una explicación que reuniese todos los hilos y no es fácil.

    Seguiré dándole vueltas. Gracias por tu interés.

    Fuerte abrazo ramoniano
    Javier

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  5. Aunque hablas de "la bailarina", también se podría aplicar a "Revelación" y dices:

    "en la común búsqueda de una belleza inefable surgida de lo primitivo, lo marginal y canallesco, que queda idealmente transfigurado. Así, basándose en la arbitrariedad como presupuesto ideológico y estilístico, en La bailarina Ramón ensalza la figura femenina desde la sordidez ambiental: en el primer cuadro la mujer se independiza de lo masculino en el instante de la danza, alcanzando la levedad ideal; no obstante, vuelve a la penumbra de la vulgaridad, a "esa fosa común, de la que se sacan las mujeres para la vida lírica" en el segundo".

    La primera frase "belleza inefable surgida de lo primitivo, lo marginal y canallesco, que queda idealmente transfigurado" me parece bien. Lo demás, no lo sé (no soy especialista en Ramón y tú sí lo eres). No entiendo lo de "arbitrariedad". En todo caso, quizá aparente. Es un rasgo muy repetido por la crítica, pero me da la impresión que Ramón es quizá más consciente de lo que hace cuando más "arbitrario" parece. Por otra parte hay una fusión que se percibe entre "intensidad erótico-estética" y la "sordidez ambiental", es decir, que en "Revelación", al menos, y en varias de las prosas de "Tapices" no veo una belleza "emergiendo" de entre la basura, precisamente (y para seguir el tópico) sino su Confusión, o la transmutación de la basura contagiada por la belleza o la intensidad en otra cosa, en la otra cosa. La independización de lo masculino tampoco la veo tan clara, más bien da la impresión que la Colette adquiriese valores de "androginia" o de un tercer género.

    Tu artículo está escrito con sensibilidad, cosa que no he percibido en ninguno de los críticos literarios que he leído sobre el asunto.

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  6. Javier, gracias por tus palabras demasiado generosas. En realidad esto lo escribí hace más de diez años y hay cosas que he olvidado, como lo de la "arbitrariedad". No soy especialista en Ramón en absoluto, pues sólo me acerqué entonces a lo relativo a Bartolozzi y ahora es cuando estoy empezando a tener acceso a sus textos (y no a todos). Rafael Cabañas ha escrito un libro sobre fetichismo y perversión en Ramón, que quizá facilite algunas claves sobre esa obsesión de fusión entre sordidez y erotismo, que por ejemplo es evidente en La Nardo.
    Saludos y sigo leyendo tu blog.

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Cariñosas las observaciones