No sé si la entrada anterior lograba sugerir (me temo que no) una fase más en mi periódica intención de cerrar el blog o, si no del todo, sí al menos la de colocarlo en un estado de latencia equivalente a la extinción. Deberes y compromisos varios, si es que hay suerte, me entretendrán lo bastante como para que mi parsimonia productiva agote los límites de la indolencia que ya es la marca de la casa. Prefiero no aburriros con más de una entrada al mes.
Siempre agradecido a vuestra constancia lectora y comprensión,
Javier
Siempre agradecido a vuestra constancia lectora y comprensión,
Javier
Bueeeno... pero, cuando saque un rato, vuelva.Haga usted el favor, que me acaba de dejar como un huérfano bloguil...
ResponderEliminarUn abrazo, Javier
Este hombre es terrible.
ResponderEliminarQué manía de dejar el blogo...
Si la cosa va de uno al mes, pase, lo que no quita para que si hay posibilidades, pues mejor más de uno.
Osea, que deje todo como está que está muy bien.
Javitxu, a pesar de todo (tu mismidad bilbaína) te quiero rendidamente, y este medio era una forma de ver cómo iba tu ceregumil, no nos huerfanees, anda, venga.
Beso.
M.
Para mí este blog era un remanso de paz donde aprender y disfrutar observando. No hay derecho.
ResponderEliminarNo hay que perderse en los artilugios. Para los que te leemos, es todo un placer y, por lo que te dice Miranda, para tus amigos, una forma de tenerte más cerca. A ver si me sale un post uno de estos días que me poneís mala los de la antigua usanza.
ResponderEliminarBIBA!!!
ResponderEliminarGracias, Miranda :-) Te incorporo
ResponderEliminarLo de "señor" que dije una vez lo dije con muy mala hostia y con muy poca sensibilidad. Hay que seguir escribiendo, amigo, siquiera por corregirnos. O porque nos lo hagan.