miércoles, 6 de agosto de 2008

Mario Santiago


Mi amigo "El Brujo" me sugiere en su blog a Mario Santiago. No conocía nada de él, excepto el recuerdo de los comentarios de Roberto Bolaño en su conferencia con Bruno Montané durante las Jornadas de Poesía de Logroño en 2003. 
Escojo esos dos poemas de entre los textos sueltos que se pueden encontrar por diversos lugares de la red. Hay reciente antología, que aún no he visto pero espero localizar, del FCE (Jeta de Santo), aparte de los dos títulos publicados antes de su muerte.

Mario Santiago nació en 1953 en la ciudad de México. Cambió su nombre (José Alfredo Zendejas Pineda) por el de Mario Santiago, al que agregó Papasquiaro, en honor al pueblo en el que nació su admirado José Revueltas. Junto a otros poetas fundó en 1975 el Movimiento Infrarrealista. Puso en marcha en marcha además varias revistas como Zarazo, Pájaro de Calor, Correspondencia Infra... 
Inspiró a Roberto Bolaño el personaje de Ulises Lima en su novela Los detectives salvajes. Murió atropellado en México D.F. en 1998.


Libros
Mario Santiago, Beso eterno, ed. Al Este del paraíso, México D.F., 1995.
MS, Aullido de Cisne, ed. Al Este del paraíso, México D.F., 1996.
MS, Jeta de santo. Antología poética 1974-1997 (FCE, Madrid, 2008), preparada por Mario Raúl Guzmán y Rebeca López.



PERROS GUARDIANES

Hermano aullido, hermano feto, hermana sangre
bisnieta enfermedad, desgracia en teja, aguarrás podrido
que bañas mi alma cuando sudas frío y ves hasta las huellas de dios
rompiendo en dos la línea maginot de la pared.
Hermano aullido, hermano feto, hermana sangre
aguarrás podrido a ustedes que son mis perros guardianes
los dientes floridos que me salvan del furor del rayo
encomiendo estas líneas estas canicas de barro
estos clavos que acompañan el oleaje aprisionado de mis ojos.
Hermano aullido, hermano feto, hermana sangre
bisnieta enfermedad, desgracia en teja, aguarrás podrido
que bañas mi alma cuando sudas frío y ves hasta las huellas de Dios
rompiendo en dos la línea maginot de la pared.
Odio la carroña, adoro la vida
conmigo se volvió loca la anatomía.
Soy todo corazón.


DEVOCIÓN CHEROKEE

Poesía atroz / te amo de siempre
Gatees silbes muerdas o vueles
Hembrita mía coño encharcado pétalo santo
Sin otra opción hurgo en tus astros
Mi yo eres tú / vamos al rastro : sangre de pálpitos
Belleza alada rompes mis ancas
Me traes de 1 alba
De 1 sol obtuso / vidrio de barda
No me regreses / plasma gandalla /
En ti soy otro / pulso mis ganas
Escribo : meo : cojo : rezumo : bailo con ratas
No hay muerte
No hay calma
Contigo oleajes
lunas / Saharas
El riel de 1 hueco
¿Qué hay increado?
No muevo el rostro
No escupo nada
Nomás te miro
Soy tu destello
Eres mi hacha.

5 comentarios:

  1. me gusta mucho el poema del gordo borracho. Ese siempre tiene estilo.

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  2. Pues a mí, no. "¿Y entonces por qué los pones?" Porque me parecen significativos, reveladores del personaje. Un poema puede ser significativo, y, además, valer como poema. En la mayor parte de lo que he podido leer de Santiago pasa sólo lo primero. Y ya es bastante. Son estupendos carteles publicitarios de una actitud. Y es la actitud del personaje o algunos elementos de ella (como la radicalidad en la búsqueda y la indiferencia al medio, la capacidad de arrostrarlo todo, incluso el ridículo, antes que plegarse a lo admitido) lo que a mí me interesa de él: como si pasar un rato hablando con él, aunque a los cinco minutos empezara a insultarte, superara a cualquier otra experiencia (incluidas las de la literatura).

    Son muchas las ocasiones (quizá casi todas) en que los autores que selecciono (y los pongo porque me interesan a mí, sin mayor cuidado de que ese interés pudiera ser extensible, elástico) aparecen representados por textos o poemas que me reflejan o en los que me reflejo (es decir, poemas de otros que hablan de mí) sin mucha mayor preocupación por eso de la "belleza" o cualquier otra funcionalidad en el campo literario. Esto es un dietario personal dirigido a unos cuantos amigos.

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  3. Sabes que acaban de publicar Jeta de Santo por todos lados y ahora ya esta online.

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  4. Mario Santiago posee una fuerza poética amorfa brutal, habla con un lenguaje chilango, el calo callejero, la imagen incomoda y escatologica. Por otro lado en España se ha hecho de Santiago una figura de culto en gran medida por Bolaño sin embargo Papasquiaro se defiende solito y no es neceario revisar su biografía

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  5. El burro


    A veces sueño que Mario Santiago
    viene a buscarme con su moto negra.
    Y dejamos atrás la ciudad y a medida
    que las luces van desapareciendo
    Mario Santiago me dice que se trata
    de una moto robada, la última moto
    robada para viajar por las pobres tierras
    del norte, en dirección a Texas,
    persiguiendo un sueño innombrable,
    inclasificable, el sueño de nuestra juventud,
    es decir el sueño más valiente de todos
    nuestros sueños. Y de tal manera
    cómo negarme a montar la veloz moto negra
    del norte y salir rajados por aquellos caminos
    que antaño recorrieran los santos de México,
    los poetas mendicantes de México,
    las sanguijuelas taciturnas de Tepito
    o la colonia Guerrero, todos en la misma senda,
    donde se confunden y mezclan los tiempos:
    verbales y físicos, el ayer y la afasia.

    Y a veces sueño que Mario Santiago
    viene a buscarme, o es un poeta sin rostro,
    una cabeza sin ojos, ni boca, ni nariz,
    sólo piel y voluntad, y yo sin preguntar nada
    me subo a la moto y partimos
    por los caminos del norte, la cabeza y yo,
    extraños tripulantes embarcados en una ruta
    miserable, caminos borrados por el polvo y la lluvia,
    tierra de moscas y lagartijas, matorrales resecos
    y ventiscas de arena, el único teatro concebible para nuestra poesía

    Y a veces sueño que el camino
    que nuestra moto o nuestro anhelo recorre
    no empieza en mi sueño sino en el sueño
    de otros: los inocentes, los bienaventurados,
    los mansos, los que para nuestra desgracia
    ya no están aquí. Y así Mario Santiago y yo
    salimos de la ciudad de México que es la prolongación
    de tantos sueños, la materialización de tantas
    pesadillas, y remontamos los estados
    siempre hacia el norte, siempre por el camino
    de los coyotes, y nuestra moto entonces
    es del color de la noche. Nuestra moto
    es un burro negro que viaja sin prisa
    por las tierras de la Curiosidad. Un burro negro
    que se desplaza por la humanidad y la geometría
    de estos pobres paisajes desolados.
    Y la risa de Mario o de la cabeza
    saluda a los fantasmas de nuestra juventud,
    el sueño innombrable e inútil
    de la valentía.

    Y a veces creo ver una moto negra
    como un burro alejándose por los caminos
    de tierra de Zacatecas y Coahuila, en los límites
    del sueño, y sin alcanzar a comprender
    su sentido, su significado último,
    comprendo no obstante su música:
    una alegre canción de despedida.

    Y acaso son los gestos de valor los que
    nos dicen adiós, sin resentimiento ni amargura,
    en paz con su gratuidad absoluta y con nosotros mismos.
    Son los pequeños desafíos inútiles -o que
    los años y la costumbre consintieron
    que creyéramos inútiles-los que nos saludan,
    los que nos hacen señales enigmáticas con las manos,
    en medio de la noche, a un lado de la carretera,
    como nuestros hijos queridos y abandonados,
    criados solos en estos desiertos calcáreos,
    como el resplandor que un día nos atravesó
    y que habíamos olvidado.

    Y a veces sueño que Mario llega
    con su moto negra en medio de la pesadilla
    y partimos rumbo al norte,
    rumbo a los pueblos fantasmas donde moran
    las lagartijas y las moscas.
    y mientras el sueño me transporta
    de un continente a otro
    a través de una ducha de estrellas frías e indoloras,
    veo la moto negra, como un burro de otro planeta,
    partir en dos las tierras de Coahuila.
    un burro de otro planeta
    que es el anhelo desbocado de nuestra ignorancia,
    pero que también es nuestra esperanza
    y nuestro valor.

    Un valor innombrable e inútil, bien cierto,
    pero reencontrado en los márgenes
    del sueño más remoto,
    en las particiones del sueño final,
    en la senda confusa y magnética
    de los burros y de los poetas.

    Roberto Bolaño.

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Cariñosas las observaciones