miércoles, 29 de julio de 2009

Un insecto de Christopher Middleton


















Chinche de agua
Quienes conocen la verdad lo llaman daimon y saben que está fuera de ellos.

-Plutarco


Admitimos que el chinche barquero
según sube corriente arriba, deja una sombra,

de cinco lunares, en el fondo soleado,
una sombra ribeteada de colores, como desprendida

limpiamente de un prisma. Así labra,
contra corriente, un reguero solitario.

El chinche barquero, de frente, corriente arriba,
en su elemento, ha de ceder, para después correr

el riesgo, y atravesar en un arrebato 
el caudal de la corriente adversa, directo como lluvia.

O corretear por entre el barro. No le
duele haberse visto arrastrado entretanto

ni nota un lugar al que haber de dirigirse:
éxito, placer, el chalé bajo los robles,

bollos de crema cada tarde para el té.
Ni tampoco el barquero se interesa

por la historia como caudal de fusilería; no son pies
como los arrancados por las minas; ni un reguero

de ingenio acompaña a sus empeños, pues
carece de profesión con la que poder engañarse.

Y justo entonces -imaginad esta postal,
y dando la vuelta a la esquina del viejo café

una figura con sombrero de paja: vigorosa se distiende
la figura, hora de comer

que absorbe a Alejandría, y quizá cerca
se arrastre torpe Cavafis bajo el sombrero,

entre océano y desierto, envuelto en sus ropas,
se vadea por entre la temperatura, como la de entonces,

mediodía ácido, estival jornada en Alejandría,
Y así las gotas de sudor le bajan por la espalda.

Y Lehnert, el fotógrafo, viajó también,
de Bohemia a Sfax, y se detuvo en Constantina,

exploró los souks, retrató el norte del Sahara,
capturaba largas sombras de camello sobre la arena,

perfiles guerreros, tatuajes de filigrana
en barbillas y pómulos de las chicas del burdel,

para terminar en Egipto veinte años después,
y no saber nunca quién fue, en realidad, quién,

escogido entre fantasmas griegos y carne
adolescente, el mito que él soñó tocar,

y ahora trotaba, demacrado, desde la sombra,
El Marino, real, siempre vigilante.

De Of The Mortal Fire (2003)


_________________

Water Insect

Those who have the right view call it daimon and know it is outside them.
-Plutarch


Admittedly the water boatman,
On his way upstream, sheds a shadow,

Cinque-spotted, on the sunny bottom,
A shadow fringed with colours, as if spilt

Briskly from a prism. So he ploughs,
Adverse to the stream, a lonely furrow.

The water boatman, head-on, up the stream,
His element, has to concede, then taking

A chance, full stretch he slashes through
The counterpushing surge, right as rain.

He feels no water, does not see his pretty
Stygian shadow figured on the rock or sand.

Or flit across the mud. He does not
Ache to have been so driven back awhile

Or sense a place he should be heading for:
Success, pleasure, the cottage under oaks,

Cream puffs every afternoon for tea.
Nor does a water boatman heed

History in a stream of bullets; no feet
Are torn away by mines; no shredded

Wits result from his pursuit, for he
Has no profession to mistake himself in.

And even then-imagine this picture postcard,
And coming round a corner by the old café

A figure in a straw hat: sinew stretches
The figure out, a lunch hour

Engulfing Alexandria, and there perhaps
Groggily beneath the hat Cavafy strolls,

Between ocean and desert, folded in his clothes,
Wading through the temperature, as then it was,

Acid noon, a summer day in Alexandria,
For beads of sweat roll down his back.

And Lehnert, the photographer, travelled too,
Out of Bohemia to Sfax, delayed in Constantine,

Explored the souks, portrayed the North Sahara,
Snapping long camel shadows on the sand,

Warrior profiles, filigree tattoos
On chins and cheeks of the bordello girls,

To end in Egypt after twenty years,
And never knew just who it was, just who

Selected from Greek ghosts and adolescent
Flesh he dreamed of touching quite a myth

And trotted now, haggard, from the shadow,
The Mariner, actual, ever on the look-out.

From “Of the Mortal Fire”, Collected Poems, Carcanet, pp. 567-569

Raworth, otra vez


Esta mañana ojeando el tomo de los Collected de Raworth (en realidad andaba con un difícil poema de Middleton, su Water Insect, "Insecto o Chinche de Agua" qua ya pondré en cuanto lo resuelva), pues digo que distraídamente topo con este poema de Tom Raworth, del que no doy los datos, pues ya los puse hace un tiempo.




FORMAL 1
(Para Ted y Alice)*

Comuniño
declaro
ningún conocimiento excepto
el popular

aromas e ideas
comunaspascuas
distinguen
la marca del zorro

en blanco y negro
una "rosa" o "satén"
a color
rojo sobre blanco satén

estirándose más
las flores están
en mi imaginación
pero sé sacudir.

quien conoce el poder
puede rechazarlo
y vivir enamorado
y satisfecho

De The Mask(1976)

* El matrimonio de poetas de la escuela de Nueva York Ted Berrigan y Alice Notley.

_______________

Formal 1
(For Ted and Alice)

Communiño
i declare
no knowledge save
the popular

scents and ideas
communrave
noticing
the mark of zorro

in black and white
a 'rose' on 'satin'
in colour
red on white satin

streching again
flowers are in
my imagination
but i know curry

who knows power
can reject it
and live in love
with satisfaction

From "The Mask"(1976) in Collected poems, Carcanet, 2003, pp. 195-196.

domingo, 26 de julio de 2009

Christopher Middleton

Nacido en Truro, Cornwall (Gran Bretaña) en 1926. Estudios (1948-1951) en Merton College (Oxford) tras cuatro años de servicio en la RAF al final de la guerra. Después de dos años en Zürich, es profesor de alemán en el King's College de Londres hasta 1965 y desde 1966 hasta su jubilación en 1998 profesor de lengua y literatura germánicas, y de literatura comparada desde 1986, en la Universidad de Texas (Austin).

Autor de varias colecciones de ensayos: Bolshevism in Art(1978), The Pursuit of the Kingfisher (1983), ha traducido al inglés literatura alemana (Goethe, Hölderlin, Mörike, Christa Wolf, las cartas de Nietzsche, especialista y traductor de la obra de Robert Walser, etc.; una labor que ha merecido varios premios internacionales).

Sus principales libros poéticos son:
-->Torse 3: Poems 1948-1961(1962); Nonsequences (1965); Our Flowers & Nice Bones(1969); The Lonely Suppers of W. V. Balloon(1975); Pataxanadu and other prose (1977); Carminalenia (1980); 111 poems (1983); Serpentine (1985); Two Horse Wagon Going By (1986); The Balcony Tree(1992); Some Dogs (1993); Ballad of the Putrefaction(1993); On a Photograph of Chekhov(1995); Intimate Chronicles (1996); The Swallow Diver (1997); The Redbird Hexagon (1999); Faint Harps and Silver Voices:Selected Translations (2000); Twenty Tropes for Doctor Dark(2000); The Word Pavilion and Selected Poems(2001); Of the Mortal Fire. Poems 1999-2002(2003); The Anti-Basilisk (2005); y los Collected Poems (2008) que reúnen el conjunto de su obra hasta la fecha.

El Mundo Lo Primero

Vacío, el vacío en ti
llénalo, llénalo con, no sé,
algo, no con juguetes, no con

mitologías, llénalo
con algo, no, no puedes, con pueblos
sólidos, o mares, corchos de botella, deseo,

imperceptibles clavos torcidos, casi lo que sea,
furia de enemigos, lo que enganche
llena el vacío por miedo

llénalo para no acabar nunca
llena el vacío o arrancará cabezas,
las cabezas que amas, vigílalas, desagüe abajo

van flotando como tuyas, las cabezas
entre aullidos y tumbos, arrancadas, no hay mucho
no hay mucho a lo que aferrarse

llena el vacío, enfréntalo, pena cruda
ahora y de veras te rodea el rostro,
llénalo con eso, si puedes, el mundo lo primero

y no te instales en él, laborioso, tan sólo
un hueco informe, cógelo, si puedes,
el rumbo disperso, no puedes anularlo

pero ajusta las cuentas, antes que imaginar
otros mundos, que giran con otro sentir, llénalo,
llénalo con ellos, no puedes, sin dejar rastro,

sin mapa, impenetrable, específico, no
puedes, pero hazles bailarlo, diferente,
muscular y exacto, repítelo una y otra vez

tan sólo para ti, si puedes ahora, el vacío,
descúbrelo dentro, siempre ahí,
el gran vacío absorbente que sigues

rellenando con ciudades, los pájaros, un río,
tejados de viejas tejas rojas y húmedas de amanecer,
no puedes, siempre está ahí, control

impermanente en el medido vuelo de palabras
y con tus animales interiores refréscalo,
en la luz primera se encaran uno con otro, libres

no hechizados, no,
por la mirada de algún remoto Sostenedor,
cuando para ellos inventas una profunda y abierta morada

si puedes, y un aire secreto, pues ahí estableces,
bajo los relojes y las bocas, bajo los tambores
no un cimiento impecable, un vacío

no como éste, una inversión, sino un hacerse
sagrado campo de manzanos
si la muerte misma no es más extraña o definitiva.

De Carminalenia (1980)


__________________
The World First

Emptiness, the emptiness in you
Fill it, fill it with, I don't know,
Something, not with toys, not with

Mythologies, fill it
With something, no, you can't, with solid
Villages, or seas, bottle corks, desire,

Inconspicuous bent nails, almost anything,
Fury of enemies, whatever grips
Fill the emptiness for fear

Fill it for never ending
Fill the emptiness or it will tear off heads,
The heads you love, watch them, down the drain

Float like yours, the heads,
Howl and tumble, torn off, not much
Not much to hold on to

Fill the emptiness, facing it, raw grief
Now and really surrounds your face,
Fill it with that, if you can, the world first

And do not dwell on it, laborious, only,
Shapeless hole, seize it, can you,
Scattered curse, you can't blot it out

But clear figures, more than imagine
Other worlds, they spin with other feeling, fill it
Fill it with them, you can't, trackless

No map, impenetrable, specific, you
Can't, but make them dance it out, different,
Muscular and trim, repeat it over and over

Only to yourself, can you now, the emptiness,
Know it inside out, always there,
The great sucking emptiness you keep

Replenishing with towns, the birds, a river,
Roofs of old tiles red and wet with dawn,
You can't, it is always there, control

Impermanent in the timed flight of words
And with your interior animals refresh it,
In first light they do face one another, free

Not spellbound, not,
By the gaze of any remote Upholder,
When for them you invent an open deep indwelling,

Can you, and a secret air, for there you plant
Under the clocks and mouths, under the drums
No foundation without fault, emptiness

Not like this, a turning around, but to be made
Into the holy field of apple trees
If death itself be no more strange or final

From Carminalenia[1980], Collected Poems, Carcanet, 2008, pp. 242-243

viernes, 24 de julio de 2009

Serie inglesa







Un poco para obligarme, y para romper este "impasse" tan soso de los últimos días, anuncio una serie inglesa. ¿Qué quiero decir con eso? Pues que no me refiero a ninguna serie de televisión muy interesante que me apeteciera comentar, claro. Digo "claro" para el que ya se haya paseado por aquí y conozca las costumbres: el bloguero tiene una fijación poética norteamericana contemporánea y da cuenta muy de vez en cuando de algunas muestras casuales de retales semejantes por lo que pudieran tener de más extraños al mercado patrio. Y en esa tónica, como es natural, hasta ahora todo lo británico había brillado por su ausencia(1). Miento: apareció, en una ocasión, Tom Raworth; ya, pero lo hizo como caso de proximidad o "filiación" USA de un británico, que los hay e incluso abundan (sin ir más lejos, mi mentor en estas lides, Kevin Power, es uno de tales). Bien, pues, algo de eso habrá en la nueva serie que anuncio: británicos americanizados; pero también(¿por qué no?) de los otros, de los clásicos o británicos sureños de toda la vida y que empezaron a publicar en los 50-60. Habrá algunos escoceses, algún irlandés, etc. Doy los nombres de los poetas cuya lectura me ha ocupado estos días y que participarán, o eso espero, del cóctel: W.S. Graham, Thom Gunn, Gael Turnbull, Roy Fisher, J.H. Prynne, Lee Harwood y esta misma mañana recibo, y en ello ando, los Collected poems de Christopher Middleton. A ver qué pasa.
________________
(1) Cuestión diferente es la de Ted Hughes. Ahí se trataba de una "defensa", como la de Valente del otro día y por razones similares. Ted Hughes, además, está ya bastante traducido entre nosotros, aunque quizá ponga algo suyo más adelante.

jueves, 9 de julio de 2009

Rumbos


«Como puede conocer a la clara el que discurriere por sus señales». El doctor Andrés Laguna citado por don Pío Font Quer.

Es posible que nos consolemos pensando que al perder el rumbo se abren nuevas sendas, posibilidades imprevistas («no hay mal que por bien no venga») y que, entre otras, puede que también se abra la acreditada (y ¿asimismo venturosa?) senda oculta y para el común ignota; incluso, redondeando la cuenta, buscaremos apoyo en cualquier excusa peregrina: hasta, si se tercia, en la conciencia propia de la ignorancia, de la incertidumbre natural («no vas a saberlo todo: ya habrá otros también que controlen los hilos del tablado», etc.). Contamos, además, con que el Príncipe del Azar, nuestro Ángel de la Guarda, ese que eternamente vela el rastro de nuestras huellas, se adelante precavido a peligros y asechanzas (azar providente), y nos brinde ya dispuesto un acceso especialmente dedicado y personal, por el que guiados alcanzaremos a disfrutar la fortuna merecida:

—«Hala, que se te hace tarde y ya vamos a cerrar y te quedarás en la estacada, como en el cuento famoso...» —dirá una voz misteriosa y perentoria.

Así que, obediente al dedo señalador e imperativo, te meterás por la puerta indicada (que, para evitar confusión irá marcada con una X) y precisamente entonces, cuando más confiado te introduzcas por el pasadizo, será ése el instante en que te deslumbren los fulgores del error: tanta será su evidencia. Habrás caído en la trampa y ya no habrá manera de salir.
«Lo mejor, quizá, hubiera sido no haber movido un dedo», se te ocurrirá pensar por efecto de rebote de uno de esos redundantes reflejos que, si nunca sirven tampoco para mucho, cumplen su habitual papel justificador como un relleno supletorio del apropiado hueco o de otro cualesquiera espacio vacío normativo.
Y otra vez tendrás que volver a empezar la faena interminable: chasquearás los dedos vagamente hacia allí, allí a lo lejos donde tú calculas que preside la autoridad y solicitarás para tu ruta un nuevo rumbo, alguna otra dirección (a ver si es que ahora, a ver si esta vez ya va de veras y éste, por fin, es el verdadero, el auténtico derrotero, ese nuevo rumbo que...), etcétera.
______________
Puede leerse esta entrada como una variante retórica de esta otra anterior.