Pues si quieres que te diga la verdad, lector internético, no lo sé muy bien (y te trato de "tú" porque no soporto fácilmente ese ridículo trato de usted que tanto se lleva en los foros españoles de la red: una de las cosas simpáticas del aldeano vasco que malhabla "erdera" o castellano es que trata de tú a todo el mundo; no sé si a Dios también lo tratará de "tú" o ahí ya se para; así que si os parece demasiado descarado el trato de "tú" podéis cambiarlo por el de "vos" o "vuesa merced"), y es que no sé qué estoy haciendo desde que escribí el "estreno" inaugural.
¿He pretendido dar de mí un sucinto retrato barajando al desgaire una selección de papeles de las viejas carpetas o entresacando de los cuadernos unos cuantos pasajes que me ha parecido que servirían a tal fin? Pues quizá algo así o no lo sé tampoco. He ido sacando papeles y pasajes que me parecían legibles y que vienen algunos de épocas geológicas y otros de anteayer. Tampoco estoy muy seguro de las fechas. Por alguna superstición escribo a la vez en media docena de cuadernos y los voy alternando sin fecharlos casi nunca, así que ahora sólo por los temas o algún indicio muy subjetivo podría acercarme al momento en que escribí esos pasajes que os pongo. Las fechas que intento darles son tentativas, reconstrucciones arqueológicas.
Tengo 52 años aquí mismo a mano, sobre la mesa, y una colección de meses que completarán la docena el próximo 13 de julio, si nada lo impide. Practico la grafomanía desde la adolescencia preferentemente con alguna pluma imposible (tengo seis y casi todas he conseguido estropearlas: rascan) que escriba suave y fina letra sobre papel satinado y entonces escribir se convierta en un placer sensual y en sí mismo gratificante, ya escriba las mayores tonterías imaginables (acertaréis si pensáis que todas las cosas que escribo las considero por igual como absurdas indolencias que no van a parte alguna, bobadas; si le gustan a alguien de verdad lo considero un milagro y a esa persona la quiero para siempre por ser capaz de semejante capricho) o alguna que se salga de la norma. No soy ningún escritor ni nada que se le parezca. Me gano la vida dando clases de lengua española en un Instituto de Secundaria o Primaria (ya no lo sé bien) y en una época di en la chifladura de esbozar en prosa cortada unas breves series de "instantes" de escritura e insistí en la demencia haciéndomelos imprimir en tiradas reducidas al alcance de mi bolsillo y regalándoselas a los amigos. Uno de ellos, arrastrado por el afecto, costeó la labor y puso en riesgo su nombre editorial a mi lado en dos ocasiones. Dios bendiga a AMG. Como aparecieron bajo nombre falso (digámosle "trucado": el primer fragmento convencional de mi verdadero nombre y el apellido de una abuela mía que cito en el post anterior a éste) no lograron desacreditarme en exceso.
No sé si harán falta más detalles: Bilbao es mi pueblo natal, como habréis notado un poco. Llevo viviendo provisionalmente en este Logroño cariñoso y campechano 27 años. Aquí tengo a mi familia conyugal y a mis amigos.
Y aquí me tenéis vosotros a mí.
¿Y ahora de qué hablo?
¿He pretendido dar de mí un sucinto retrato barajando al desgaire una selección de papeles de las viejas carpetas o entresacando de los cuadernos unos cuantos pasajes que me ha parecido que servirían a tal fin? Pues quizá algo así o no lo sé tampoco. He ido sacando papeles y pasajes que me parecían legibles y que vienen algunos de épocas geológicas y otros de anteayer. Tampoco estoy muy seguro de las fechas. Por alguna superstición escribo a la vez en media docena de cuadernos y los voy alternando sin fecharlos casi nunca, así que ahora sólo por los temas o algún indicio muy subjetivo podría acercarme al momento en que escribí esos pasajes que os pongo. Las fechas que intento darles son tentativas, reconstrucciones arqueológicas.
Tengo 52 años aquí mismo a mano, sobre la mesa, y una colección de meses que completarán la docena el próximo 13 de julio, si nada lo impide. Practico la grafomanía desde la adolescencia preferentemente con alguna pluma imposible (tengo seis y casi todas he conseguido estropearlas: rascan) que escriba suave y fina letra sobre papel satinado y entonces escribir se convierta en un placer sensual y en sí mismo gratificante, ya escriba las mayores tonterías imaginables (acertaréis si pensáis que todas las cosas que escribo las considero por igual como absurdas indolencias que no van a parte alguna, bobadas; si le gustan a alguien de verdad lo considero un milagro y a esa persona la quiero para siempre por ser capaz de semejante capricho) o alguna que se salga de la norma. No soy ningún escritor ni nada que se le parezca. Me gano la vida dando clases de lengua española en un Instituto de Secundaria o Primaria (ya no lo sé bien) y en una época di en la chifladura de esbozar en prosa cortada unas breves series de "instantes" de escritura e insistí en la demencia haciéndomelos imprimir en tiradas reducidas al alcance de mi bolsillo y regalándoselas a los amigos. Uno de ellos, arrastrado por el afecto, costeó la labor y puso en riesgo su nombre editorial a mi lado en dos ocasiones. Dios bendiga a AMG. Como aparecieron bajo nombre falso (digámosle "trucado": el primer fragmento convencional de mi verdadero nombre y el apellido de una abuela mía que cito en el post anterior a éste) no lograron desacreditarme en exceso.
No sé si harán falta más detalles: Bilbao es mi pueblo natal, como habréis notado un poco. Llevo viviendo provisionalmente en este Logroño cariñoso y campechano 27 años. Aquí tengo a mi familia conyugal y a mis amigos.
Y aquí me tenéis vosotros a mí.
¿Y ahora de qué hablo?
De lo que quieras, pero no calles.
ResponderEliminarDa gusto.
M.